En nuestros días vivimos inmersos en la vorágine de una gran ciudad en la que las prisas no nos permiten detenernos a pensar o a analizar situaciones de agresión física hasta que ya es demasiado tarde. ¡Ha sucedido! Sólo vemos a las personas importantes que se pueden permitir el lujo de tener guardaespaldas. Nosotros pensamos que la policía nos protegerá, esto último es cierto, pero hay una pequeña diferencia, cuando a un ciudadano de la calle le agreden, normalmente no tiene en ese preciso momento un policía a su lado.Hay unos puntos relevantes a tener en cuenta a la hora del estudio – práctica de una defensa personal.

En primer lugar existe la deformada idea (consecuencia fundamental de las películas) que para aprender a defenderse solo hay que saber pegar buenos puñetazos y patadas y, eso solo produce con frecuencia descerebrados y carne de cañón. Estamos hablando de personas de distintas edades y condiciones y lo más inteligente es evitar las situaciones de conflicto por lo que, conocer cual es nuestra distancia de seguridad y movernos a ella «poniendo tierra por medio» nos evitará muchas desagradables sorpresas. Bien es cierto que esa posibilidad puede no existir entonces, tratar de reconducir la situación es un intermedio antes de que explote la acción. En ese caso como dice Ed Parker «para vencer a la acción, encuéntrala».

En segundo lugarseñalar que el sistema de defensa personal se adapta a cada persona y no es la persona la que se adapta al sistema como suele ser lo normal. Se parte de un punto muy importante, cada uno es diferente y tiene que aprovechar lo que tiene. Cada persona aplica aquello que aprende según sus características, es como hacer una ensalada, a cada uno nos gusta de una manera, así que la haces a tú manera con lo que tengas en la despensa.

En tercer lugarla mayoría de las personas preguntan ¿cuánto tiempo necesito para aprender a defenderme? Si alguien te dice dos, tres meses, un año, estará mintiendo porque depende de cada uno, lo importante es que desde la primera clase estés aprendiendo y practicando cosas útiles y en consecuencia la confianza en sí mismo aumenta automáticamente sintiéndose uno mejor.

En cuarto lugar existe la errónea opinión de que el estudio-práctica de esta actividad es sólo para jóvenes y que a cierta edad uno ya es mayor. No se trata de ir al Estudio, al Gimnasio a pegarse de patadas y puñetazos, a hacer combate con guantes. La defensa personal se produce en la calle, el Pub, el Metro, y nadie lleva guantes. Nadie viene aquí a partirse la nariz o a que se la partan sino a aprender a que no ocurra en la calle. Al agresor le da lo mismo que su víctima sea mujer, hombre, niño o adulto, que esté en buena forma física o no, acatarrado o cansado. Por ello, cada uno tiene que aprender a defenderse con lo que tiene, evaluando la situación porque no hay dos situaciones iguales.

En quinto lugar, ni que decir tiene que al practicar esta actividad se produce una mejora física. Pero vuelvo a repetir que cada uno a su nivel. No es igual un niño, un joven, un adulto y un mayor, cada clase es diferente porque son diferentes y necesitan cosas diferentes. Es como la ropa, no intentes poner la ropa de un niño a un adulto o la de un mayor a un niño.

En sexto lugar, muchas personas debido a nuestro ritmo de vida y a lo reducido de los horarios en los gimnasios dicen que no tienen tiempo, una característica del Centro donde impartan la defensa personal es su funcionalidad es decir la posibilidad de horarios o combinaciones (sin merma de la seriedad por supuesto). Lo importante de su trabajo no es la estética sino que sus aplicaciones otorgan al estudiante elementos con unas posibilidades a su alcance que unido a su voluntad física y mental producen combinaciones solo limitadas por él. Los distintos tipos de principios y conceptos te permiten el aprendizaje de tu defensa personal, el estudio-práctica de la Defensa Personal o de un Arte Marcial. Porque cada uno tiene su propia disponibilidad, la posibilidad de poder practicar antes y/o después de la clase para revisar aquello que aprendemos y poder apuntar las dudas y preguntas que luego se harán es de suma importancia.

Porque en esos instantes de peligro cada persona tiene que resolver la situación individualmente según sus cualidades, actitudes y situación, ya sea de día o de noche. No es igual que te quiten las pesetas que con sudor te ganas, la cazadora que con esfuerzo te compraste, o la cartera con tus objetos personales y, ni que decir si te dañan físicamente. Entonces lamentarte de no haber aprendido algo que podía haberte sido útil será demasiado tarde. Ahora, si tienes una oportunidad ¡Aprovéchala!

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